Hacia atrás, como los cangrejos. Es cierto, cada
vez más voces constatan que tendremos que acostumbrarnos a vivir como hace treinta
años, son los efectos de esta crisis económica. Pero la cosa es todavía peor.
Vamos hacia atrás en derechos y en democracia gracias a la mayoría absoluta del
PP, la última prueba la tenemos en la contrarreforma
de la ley del aborto que pretenden llevar a cabo.
Así, resulta que para el PP las mujeres somos
seres incapaces de decidir sobre nuestro cuerpo y nuestras vidas y necesitamos la
intervención del Estado para ello, eso sí, un Estado gobernado por una derecha
recalcitrante que prefiere satisfacer las reclamaciones de sectores religiosos
y antiabortistas, por encima de derechos por los que muchas mujeres lucharon
hace más de veinte años. El “nosotras parimos, nosotras decidimos” vuelve a
estar de actualidad, en este país no acabamos de soltar lastre.
No entiendo como, en pleno siglo 21, un partido
político sigue cediendo ante las exigencias de la iglesia y diversos sectores
que dicen defender el derecho a la vida. ¿Será que los millones de personas que
mueren de hambre en el mundo no tienen derecho a la vida?¿Y no podría la
iglesia acabar con estas muertes crueles e injustas de un plumazo? ¿O ninguno
de ellos ha visto “Las sandalias del rey pescador”?...cuánta hipocresía!
Me indigna pensar en las consecuencias de esta
reforma. Volvemos a los viajes a Londres, sólo para aquellas que puedan permitírselo,
claro, volvemos a tener que justificar nuestras decisiones sobre nuestras
vidas. Y me indigna escuchar al ministro Gallardón diciendo que esta contrarreforma
es lo más progresista que ha hecho en su carrera política. Sobran las palabras
ante tales afirmaciones. Si en menos de dos meses éstas son sus propuestas para
superar la actual situación de crisis… ¿Qué será lo siguiente?...¿A qué viene
tanto retroceso? Sólo se me ocurre pensar que el PP, lejos de querer gobernar, pretende
adoctrinar para llevarnos a todas por “el buen camino” y decirnos cuándo y cómo
debemos ser madres. Éstos son los efectos de una mayoría absoluta.
Seguimos con la política de prohibir y recortar
en lugar de plantearse, en este caso, cuáles son las causas y motivos que
llevan a las mujeres de este país a abortar. Las prácticas abortivas seguirán
produciéndose, con ésta ley o sin ella. La ley evita situaciones de riesgo para
las mujeres que, ante una ley más restrictiva que la de 1.985 como la que
pretende el PP, en muchos casos no cumplirán los requisitos y buscarán otros
medios y maneras. Aquellas que puedan pagar lo tendrán más fácil, el resto
(muchas, si consideramos la actual situación económica) pondrán en riesgo su
vida o seguirán adelante con un embarazo no deseado. Una vez más tendremos
ciudadanas de primera y de segunda clase.
Señores y señoras del Partido Popular: somos
mujeres y somos dueñas de nuestras vidas y nuestras decisiones. Dejen ya de
confundir los poderes públicos con los púlpitos, le harán un favor al país.
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